Un día en Cantabria con la familia Oliver
Jaime Oliver y su mujer Conchita nos invitaron a un grupo de amigos a conocer sus instalaciones de construcción de barcos deportivos y de ocio así como de componentes de habilitaciones interiores, situadas en el Polígono industrial de Alto Maliaño, muy cerca de Santander. Salimos de Getxo al filo de las 10 h del viernes 3 de Julio y, tras unos pequeños titubeos para localizar el punto de encuentro, llegamos al taller de "Oliver Design" donde nos esperaban Jaime, Conchita y su hijo Iñigo y otros 10 amigos más, con la sola ausencia de Paco Rey, que finalmente no pudo venir.
Conozco a Jaime desde hace muchos años, cuando empezó a trabajar en la oficina de ingeniería "Proyectos Navales", fundada por otro de los asistentes a esta reunión de amigos, Guillermo Avanzini, dentro de lo que era la Sdad. Española de C. Naval, más conocida como La Naval de Sestao. Poco tiempo después Jaime se decidió a trabajar por su cuenta para poner en práctica y desarrollar lo que era, y sigue siendo, su gran vocación dentro de la ingeniería naval, el buque de ocio y de recreo, en sus aspectos de diseño arquitectónico y más recientemente todas las consideraciones del interiorismo de cualquier tipo de buque, mercantes o de guerra, un área tradicionalmente poco atendida por la Ingeniería Naval, y donde Jaime ha sabido aportar innovación, sentido común y creatividad. Tanto la industria como la universidad han sabido apreciar las aportaciones de Jaime, que ha conseguido muchos contratos de obras de diseño y construcción de habilitaciones en diversos tipos de buque y ha recibido varios premios, nacionales e internacionales, el último, creo, el otorgado hace sólo unos meses por la AINE y el COIN en un acto celebrado en Cádiz (Ver ref. 1).
En este taller de Maliaño Jaime nos enseñó y explicó planos y maquetas de buques y los modelos a escala real de varios tipos de camarotes de buques de crucero ó ferries, llamándonos poderosamente la atención un bloque formado por dos mini-camarotes, con aseo compartido, cada uno con dos butacas reclinables como las de los aviones en clase de lujo, pensado para trayectos de una noche de duración, que permiten aunar comodidad y bajo precio.
Terminada esta visita nos trasladamos al puerto deportivo de Raos, aparcamos y subimos al yate de Jaime el "Old Dream", su viejo sueño hecho realidad, como nos confesó Jaime cuando, con legítimo orgullo, nos fue mostrando y explicando las características del barco, que fue diseñado por él y construido totalmente por su equipo en el taller de Maliaño.
Es un yate con casco y superestructura de madera, de unos 25 metros de eslora, con dos motores y hélices propulsoras, muy bien dotado de ayudas a la navegación.
Las acomodaciones cuentan con 2 camarotes de una cama tipo matrimonio y otros dos con dos literas superpuestas y con alguna posibilidad de habilitar alguna litera ocasional en el salón.
En seguida zarpamos rumbo a la bahía de Santander, donde efectuamos un amplio periplo hasta doblar por la isla de Mouro y regresar para fondear frente al Museo Marítimo, para atacar con apetito excitado por la brisa marina, el aperitivo ofrecido por los anfitriones ayudados por su hijo y nieto, Iñígos ambos, y por el amable y eficiente marinero Cholo.
Aprovechando la parada se produjeron dos actos notables.
El primero, un paseo a 40 nudos en la Zodiac del barco, conducida por Iñigo con dos afortunadas pasajeras, Conchita y mi mujer Margarita.
El segundo, la trepada hasta la cofa del palo principal (¡unos cuantos metros!) de Mª Carmen de Echevarrieta, que demostró valor y agilidad.
Levamos anclas y atracamos en el punto de partida para entrar en el Club Naútico adyacente, donde los Oliver nos volvieron a invitar, ahora a una comida sabrosa y animada.
Fotos, despedidas y deseos de repetición de una pequeña "aventura" similar.
Margarita y yo agradecemos a Jaime y Conchita, así como a su hijo Iñigo y nieto, su acogida y atenciones en una jornada tan llena de sensaciones, novedades y amistad.
Guillermo Avanzini y Juan Carlos Gorostiza tomaron una serie de fotos que han colgado en Flicker, y que puedes ver pinchando aquí.
Referencias:
1- Ciclo de conferencias "Creatividad e innovación: El eje de una vida dedicada al diseño arquitectónico naval". Ingeniería Naval Junio 2009, páf. 86
Conozco a Jaime desde hace muchos años, cuando empezó a trabajar en la oficina de ingeniería "Proyectos Navales", fundada por otro de los asistentes a esta reunión de amigos, Guillermo Avanzini, dentro de lo que era la Sdad. Española de C. Naval, más conocida como La Naval de Sestao. Poco tiempo después Jaime se decidió a trabajar por su cuenta para poner en práctica y desarrollar lo que era, y sigue siendo, su gran vocación dentro de la ingeniería naval, el buque de ocio y de recreo, en sus aspectos de diseño arquitectónico y más recientemente todas las consideraciones del interiorismo de cualquier tipo de buque, mercantes o de guerra, un área tradicionalmente poco atendida por la Ingeniería Naval, y donde Jaime ha sabido aportar innovación, sentido común y creatividad. Tanto la industria como la universidad han sabido apreciar las aportaciones de Jaime, que ha conseguido muchos contratos de obras de diseño y construcción de habilitaciones en diversos tipos de buque y ha recibido varios premios, nacionales e internacionales, el último, creo, el otorgado hace sólo unos meses por la AINE y el COIN en un acto celebrado en Cádiz (Ver ref. 1).
En este taller de Maliaño Jaime nos enseñó y explicó planos y maquetas de buques y los modelos a escala real de varios tipos de camarotes de buques de crucero ó ferries, llamándonos poderosamente la atención un bloque formado por dos mini-camarotes, con aseo compartido, cada uno con dos butacas reclinables como las de los aviones en clase de lujo, pensado para trayectos de una noche de duración, que permiten aunar comodidad y bajo precio.
Terminada esta visita nos trasladamos al puerto deportivo de Raos, aparcamos y subimos al yate de Jaime el "Old Dream", su viejo sueño hecho realidad, como nos confesó Jaime cuando, con legítimo orgullo, nos fue mostrando y explicando las características del barco, que fue diseñado por él y construido totalmente por su equipo en el taller de Maliaño.
Es un yate con casco y superestructura de madera, de unos 25 metros de eslora, con dos motores y hélices propulsoras, muy bien dotado de ayudas a la navegación.
Las acomodaciones cuentan con 2 camarotes de una cama tipo matrimonio y otros dos con dos literas superpuestas y con alguna posibilidad de habilitar alguna litera ocasional en el salón.
En seguida zarpamos rumbo a la bahía de Santander, donde efectuamos un amplio periplo hasta doblar por la isla de Mouro y regresar para fondear frente al Museo Marítimo, para atacar con apetito excitado por la brisa marina, el aperitivo ofrecido por los anfitriones ayudados por su hijo y nieto, Iñígos ambos, y por el amable y eficiente marinero Cholo.
Aprovechando la parada se produjeron dos actos notables.
El primero, un paseo a 40 nudos en la Zodiac del barco, conducida por Iñigo con dos afortunadas pasajeras, Conchita y mi mujer Margarita.
El segundo, la trepada hasta la cofa del palo principal (¡unos cuantos metros!) de Mª Carmen de Echevarrieta, que demostró valor y agilidad.
Levamos anclas y atracamos en el punto de partida para entrar en el Club Naútico adyacente, donde los Oliver nos volvieron a invitar, ahora a una comida sabrosa y animada.
Fotos, despedidas y deseos de repetición de una pequeña "aventura" similar.
Margarita y yo agradecemos a Jaime y Conchita, así como a su hijo Iñigo y nieto, su acogida y atenciones en una jornada tan llena de sensaciones, novedades y amistad.
Guillermo Avanzini y Juan Carlos Gorostiza tomaron una serie de fotos que han colgado en Flicker, y que puedes ver pinchando aquí.
Referencias:
1- Ciclo de conferencias "Creatividad e innovación: El eje de una vida dedicada al diseño arquitectónico naval". Ingeniería Naval Junio 2009, páf. 86
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