Un nacimiento en Zizurkil

Como en años anteriores celebramos la Navidad en el caserío de mi hermana Isabel en Zizurkil, en un ambiente sencillo e íntimo pero no pudimos reunirnos todos por las normales celebraciones simultáneas en sitios diferentes. El tiempo fue magnífico y el paisaje no, por muy conocido, dejó de maravillarme un año más.

Maribel no quiso que, a pesar de algunas dificultades, faltara el nacimiento navideño, de una gran sencillez y al mismo tiempo muy entrañable, quizá para recordarnos que estas fiestas no son sólo de reunión, de familia, de buen comer, que lo son todo, sino también de recordar el nacimiento de Cristo.

Bajo este punto de vista este nacimiento, tan sencillo, no me pareció que desmerecía de versiones de años anteriores, en los que Maribel nos obsequió con auténticas obras de arte, dentro de los límites de una actividad familiar.

Por otra parte, es notable la participación  popular en el ambiente navideño de pueblos como Zizurkil y su vecina Villabona, donde muchas familias sacan a sus niños pequeños a la calle vestidos a la antigua usanza tradicional y también ver grupos cantando villancicos.