Visitando tierras de León y Zamora

Continuando nuestra costumbre de realizar una pequeña excursión al final del verano, Margarita y yo hemos visitado a finales de Septiembre León y varias localidades de su provincia y Zamora capìtal, en 4 días apretados de viaje y visitas, que, naturalmente se quedaron cortos para ver tantos sitios y lugares interesantes y hermosos que contienen estas dos provincias castellano-leonesas.

Un breve resumen de nuestras andanzas sería éste:

Lunes 19: Viaje Getxo-León, y visita de la ciudad con su incomparable Catedral (aunque parcialmente oculta por obras), Colegiata de San Isidoro (más obras todavía), Palacio de los Guzmanes y Casa de Botines (obra de Gaudí) cerca de la plaza de Santo Domingo, que sirve de entrada al precioso "barrio húmedo", que combina una curiosa mezcla de arte, arquitectura, historia y animación callejera, con una proliferación de restaurantes y bares que vale la pena visitar.

                                                     (click para ampliar)

Martes 20: Llegamos a Ponferrada como vía previa a la visita de Las Médulas y, sin esperarlo previamente, disfrutamos enormemente de la visita a esta histórica ciudad , con un barrio antiguo alrededor de su castillo templario, un museo de la radio (de Luis del Olmo), y una serie de edificios antiguos alrededor de la plaza, y terminamos con un almuerzo en una terraza de la misma, sencilla pero acogedora y simpática.

                 

Por la tarde fuimos a Las Médulas, precedidas por su gran fama de sitio histórico de gran impacto visual, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1997, que fue una explotación de minería aurífera en tiempos de la dominación romana. 

Pero el fuerte calor, a primeras horas de la tarde y el anuncio de que la visita guiada tenía dos horas de caminata, nos hizo desistir de unirnos al grupo organizado y animarnos a ver el conjunto por nuestra cuenta, lo que fue un error, pues dejamos de ver quizá lo más interesante, el interior de las minas y canales en el interior de la montaña, donde los romanos se las ingeniaron para extraer el oro. De todas formas, el paisaje es impresionante y valió la pena el esfuerzo de la visita.

               Regresamos pasando rápidamente por Astorga, pero ya era tarde y la catedral estaba cerrada y poco pudimos ver de esta importante ciudad.

Miércoles 21: Animados por la propaganda de su castillo medieval visitamos el pueblo Valencia de Don Juan, a orillas del Esla, del que no teníamos referencias y que resultó muy agradable de ver e interesante por su gran antigüedad y recuerdos históricos . 

El castillo, derruido en gran parte, pero muy bien reconstruido y conservado en lo que queda, se erigió en el siglo XV sobre los restos de una edificación anterior y formando parte de una muralla defensiva que protegía todo el perímetro ciudadano, de la que quedan pocos restos, salvo los comprendidos en el propio castillo, que fue abandonado a mediados del XVI, sufriendo deterioros y expolios continuos hasta que se decidió recientemente  su reconstrucción y mantenimiento. ¡Cuánta desidia en este país que sólo recientemente se ha vuelto consciente de sus tesoros de arte e historia!

                   Tuvimos la suerte (?)  de ser los únicos visitantes del castillo en esa hora del día, por lo que disfrutamos de las detalladas explicaciones de la guía, Cristina, que, con gran simpatía y eficacia nos informó del castillo y de Valencia de Don Juan, en general. El convento de los PP. Agustinos estaba cerrado y no pudimos ver su antigua iglesia mudéjar.

                  Por la tarde visitamos el histórico Sahagún, cargado de recuerdos de una época llena de religiosidad, y vimos el Monasterio de Santa Cruz  (Monjas Benedictinas), la iglesia de San Tirso y el santuario de la Virgen de la Peregrina, antiguo monasterio franciscano, en plena reconstrucción, con restos mudéjares del siglo XIII, de gran belleza, pero... casi desaparecidos.

Aunque ya era bastante tarde seguimos la recomendación de visitar Mansilla de las Mulas, lo que hicimos, para ver los restos de sus antiguas murallas, que circunvalaban el pueblo en el siglo XV, pero no teníamos tiempo de ver más de lo mucho que parece tener este pueblo, así que seguimos la siguiente recomendación de ver el monasterio de San Miguel de Escalada un poco más adelante en la misma carretera. Valió la pena llegar hasta allí. Es un monasterio de estilo mozárabe, levantado en el siglo X, sobre un anterior pequeño templo del siglo VIII. 

 Una auténtica joya, que une a su antigüedad un encanto insuperable, que puede apreciarse en las fotos adjuntas.

Jueves 22: Día dedicado a Zamora, cuyo barrio antiguo merece que se le llame "el museo vivo del románico" y cuna del Cister medieval, como nos explicó un simpático cura que nos vió cara de turistas y nos dijo que en aquella época Zamora llegó a tener 59 conventos. Y ahora creo que sigue teniendo unos cuantos. 

Visitamos el museo de pasos de Semana Santa, la iglesia de Santiago y unas cuantas más y cruzando todo el casco antiguo llegamos hasta la Catedral, románica del siglo XII y cuyos tapices flamencos, por sí solos,  ya merecen ir hasta allí. ¡Una maravilla!

Con esto se nos acabó el tiempo y volvimos a León, donde todavía tuvimos un rato para ver el tremendo convento de San Marcos, hoy parador de turismo, antes de dar el último paseo por "el húmedo" y tomar unos vinos del Bierzo, que por cierto, están buenísimos.

Viernes 23: Día de regreso pero aprovechado también para hacer la última parada turística en Carrión de los Condes, con visita al monasterio (hoy hotel) de San Zoilo, cuya iglesia estaba "naturalmente" cerrada por obras. Pero pudimos ver el museo de la iglesia de Santiago, fuera de culto, cuyo tejado voló por los aires durante la guerra napolieónica; museo sencillo pero con algunas cosas curiosas.

En conjunto un viaje muy agradable, con tiempo magnífico, abundante en historia, arte y gastronomía y disfrutando de la simpatía de su gente, muy maja.

Aquí están todas fotos tomadas en este viaje