Celebración de la Festividad
del Carmen en Bermeo
Es una tradición del Colegio de ingenieros navales (COIN) de la zona realizar a mediados de julio una reunión de los colegiados y sus acompañantes en el algún lugar fuera de Bilbao y sus alrededores coincidiendo con la celebración de la patrona Virgen del Carmen.
Este año el lugar elegido ha sido la villa de Bermeo, tan ligada al mar y a sus actividades relacionadas de navegación, pesca y construcción naval y el pasado sábado 14 de Julio los compañeros de la Junta Directiva organizaron la fiesta comenzando por una visita al museo del pescador y una comida en uno de los restaurantes de la zona del puerto.
El viaje desde Getxo a Bermeo en coche es actualmente muy cómodo y confortable debido al magnífico trazado de la autovía y más todavía si te llevan unos amigos (gracias Alejandra y Ramón) y no tienes que conducir. Las vistas al aproximarse a Bermeo, bajando por el Sollube, son espectaculares y ya ellas solas justificarían el viaje.
Lo que ya no fue tan agradable fue encontrar aparcamiento en una zona relativamente cercana al puerto pero al fin se consiguió y ello nos permitió estirar las piernas un rato hasta llegar a la terraza de un café y hacer un poco de tiempo antes de la segunda fase del día, la visita al museo del pescador.
Este museo está situado en la torre Ercilla, el edificio más antiguo de Bermeo, casa-palacio del siglo XV, procedente de la familia de los Ercilla, uno de cuyos ilustres miembros fué Alonso de Ercilla autor de la Araucana. Es un museo pequeño, bien dispuesto en cinco pisos con muestras de todo tipo relacionadas con la pesca y el mar.
Después de verlo con calma y descansar un rato nos lanzamos de nuevo al calor callejero y a buscar una cerveza o similar antes de comer.
El almuerzo lo degustamos en el restaurante Jokin, también en la zona portuaria, en un comedor un poco agobiante por su disposición estrecha y alargada, donde nos acomodamos unos 30 compañeros, parejas y algunas animosas viudas que son un auténtico ejemplo de mantenimiento del espíritu colegial.
El colegio tuvo el detalle habitual de invitarnos a los colegiados y viudas pero las acompañantes no tuvieron esa suerte, pero, eso sí, corrieron rumores de que preparan algún movimiento tipo sindicalista para tratar de corregir una situación que, incluso, pudiera considerarse en contradición con la igualdad de oportunidades consagrada en la Constitución.
La comida no estuvo mal, pero tampoco llegó a los niveles de excelencia que pudieran esperarse en un templo de la gastronomía marina como es Bermeo.
En resumen, una jornada agradable, variada y con la satisfacción de volver a ver a amigos y amigas y también de conocer a jóvenes compañeros de reciente incorporación profesional en el País Vasco.
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