Desde Getxo a Atapuerca
pasando por Lerma, Covarrubias, Silos
Aprovechando el puente de la Constitución hicimos una excursión por tierras de Burgos mi mujer Margarita, mi hermana Isabel, mi amiga Pepa y yo mismo, con el objetivo de visitar nuevamente ese triángulo maravilloso formado por Lerma, Covarrubias y Santo Domingo de Silos y terminar visitando las excavaciones arqueológicas de Atapuerca.
Nuestra base fue Lerma, hospedándonos en el hotel Villa de Lerma, sencillo pero confortable y agradable. Por la tarde del viernes 7 de diciembre hicimos una visita guiada por algunos de los monumentos más representativos de la ciudad, el palacio del duque de Lerma, la colegiata de San Pedro, de extraordinaria belleza, el convento de Santa Clara y la adyacente tumba del famoso cura Merino, y el monasterio de San Blas. La guía de esta visita nos explicó con detalle y gracia todos los monumentos y me llamó la atención que de los 6 conventos fundados por el primer duque de Lerma, tres para hombres y tres para mujeres, estos tres últimos siguen en activo con importantes comunidades de monjas, mientras que los tres de hombres han desaparecido como conventos y tienen otras utilidades públicas ajenas a la religión.
Al día siguiente, sábado, visitamos Covarrubias, ciudad medieval de una gran belleza cuyas joyas máximas, en mi opinión, son la colegiata y el arco de entrada a la ciudad donde se encuentra el archivo del Adelantamiento de Castilla. Quizá el objeto artístico más apreciado de la colegiata sea el tríptico de la adoración de los Magos, magnífica talla de finales del siglo XV, y que no pudimos ver porque estaba retirado para su limpieza. También destaca en esta colegiata el sepulcro de la infanta Cristina de Noruega, casada con un infante de Castilla, y cuya memoria se recuerda el exterior de la colegiata por una estatua de discutible belleza.
Por la tarde y después de haber comido en Covarrubias, fuimos a Silos y visitamos el extraordinario claustro románico del viejo cenobio de Santo Domingo, con una serie de columnas, capiteles y esculturas de los siglos XI y XII, que son un auténtico tesoro, perfectamente conservado y de gran belleza. Fue una pena que la gran cantidad de visitantes impidiera que la visita tuviera ese punto de intimidad que requiere la contemplación y "saboreo" espiritual de este claustro. Nos hubiera gustado quedarnos para escuchar en vivo canto gregoriano en la iglesia del convento, pero era bastante tarde y nos dio pereza esperar tanto tiempo. ¡Otra vez será!
Antes de volver a Lerma pasamos por la garganta de La Yecla, en un paraje de enormes peñas sobrevoladas por buitres y águilas, que se puede caminar por una larga pasarela en el fondo del desfiladero, de enorme belleza y un tanto imponente, sobre todo si se visita al atardecer con escasa luz.
Cuando ya anochecía hicimos una rápida visita a las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza. ¡Qué desolación! ¡Cuanta belleza perdida y olvidada!
El domingo, volviendo ya a casa, visitamos el yacimiento arqueológico de Atapuerca, situado en el pueblo Ibeas de Juarros a escasos kilómetros de Burgos capital.
En Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_Atapuerca se explica con detalle la historia y actualidad de este Patrimonio de la Humanidad y en la visita tuvimos la suerte de contar con un guía, David, científico que participa en las labores de investigación, que con gran detalle y con simpatía y gracia nos explicó multitud de datos y detalles del yacimiento. La visita es necesariamente guiada y si no fuera así no valdría la pena pues a simple vista un profano sólo puede ver unos estratos de tierra y piedras que no le dirían nada. En cambio, con un buen guía la experiencia fue estupenda. De todas formas, no hicimos una posible visita posterior al pueblo de Atapuerca donde existe un museo de restos de objetos encontrados en el yacimiento y que espero podamos visitar próximamente.
Nuestra base fue Lerma, hospedándonos en el hotel Villa de Lerma, sencillo pero confortable y agradable. Por la tarde del viernes 7 de diciembre hicimos una visita guiada por algunos de los monumentos más representativos de la ciudad, el palacio del duque de Lerma, la colegiata de San Pedro, de extraordinaria belleza, el convento de Santa Clara y la adyacente tumba del famoso cura Merino, y el monasterio de San Blas. La guía de esta visita nos explicó con detalle y gracia todos los monumentos y me llamó la atención que de los 6 conventos fundados por el primer duque de Lerma, tres para hombres y tres para mujeres, estos tres últimos siguen en activo con importantes comunidades de monjas, mientras que los tres de hombres han desaparecido como conventos y tienen otras utilidades públicas ajenas a la religión.
Al día siguiente, sábado, visitamos Covarrubias, ciudad medieval de una gran belleza cuyas joyas máximas, en mi opinión, son la colegiata y el arco de entrada a la ciudad donde se encuentra el archivo del Adelantamiento de Castilla. Quizá el objeto artístico más apreciado de la colegiata sea el tríptico de la adoración de los Magos, magnífica talla de finales del siglo XV, y que no pudimos ver porque estaba retirado para su limpieza. También destaca en esta colegiata el sepulcro de la infanta Cristina de Noruega, casada con un infante de Castilla, y cuya memoria se recuerda el exterior de la colegiata por una estatua de discutible belleza.
Por la tarde y después de haber comido en Covarrubias, fuimos a Silos y visitamos el extraordinario claustro románico del viejo cenobio de Santo Domingo, con una serie de columnas, capiteles y esculturas de los siglos XI y XII, que son un auténtico tesoro, perfectamente conservado y de gran belleza. Fue una pena que la gran cantidad de visitantes impidiera que la visita tuviera ese punto de intimidad que requiere la contemplación y "saboreo" espiritual de este claustro. Nos hubiera gustado quedarnos para escuchar en vivo canto gregoriano en la iglesia del convento, pero era bastante tarde y nos dio pereza esperar tanto tiempo. ¡Otra vez será!
Antes de volver a Lerma pasamos por la garganta de La Yecla, en un paraje de enormes peñas sobrevoladas por buitres y águilas, que se puede caminar por una larga pasarela en el fondo del desfiladero, de enorme belleza y un tanto imponente, sobre todo si se visita al atardecer con escasa luz.
Cuando ya anochecía hicimos una rápida visita a las ruinas del monasterio de San Pedro de Arlanza. ¡Qué desolación! ¡Cuanta belleza perdida y olvidada!
El domingo, volviendo ya a casa, visitamos el yacimiento arqueológico de Atapuerca, situado en el pueblo Ibeas de Juarros a escasos kilómetros de Burgos capital.
En Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Sierra_de_Atapuerca se explica con detalle la historia y actualidad de este Patrimonio de la Humanidad y en la visita tuvimos la suerte de contar con un guía, David, científico que participa en las labores de investigación, que con gran detalle y con simpatía y gracia nos explicó multitud de datos y detalles del yacimiento. La visita es necesariamente guiada y si no fuera así no valdría la pena pues a simple vista un profano sólo puede ver unos estratos de tierra y piedras que no le dirían nada. En cambio, con un buen guía la experiencia fue estupenda. De todas formas, no hicimos una posible visita posterior al pueblo de Atapuerca donde existe un museo de restos de objetos encontrados en el yacimiento y que espero podamos visitar próximamente.
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